jueves, 13 de enero de 2011

Consideración oportuna


Bajo un sol inclemente, caminando y leyendo, ¿cómo no hacer para no chocar con un árbol, un poste, una persona, en fin, sufrir un accidente por ese contingente y placentero abandono lecturiento?..Según mi experiencia, las soluciones son las siguientes. Detenerse y levantar la cara, mirar hacia adelante y hacia atrás, calcular en cuantos minutos necesariamente chocaré con algo o alguien y, establecido aquello, volver la vista al libro. Sin embargo, hay un problema: la solución está contenida por la variable espacio-tiempo del caminar por la calle y no por la variable tiempo-espacio a que nos invita la lectura que tanto placer nos provoca. Ocurre que cuando uno lee algo entretenido ingresa al tiempo-espacio de lo leido, que es distinto al tiempo-espacio en que nos movemos cuando caminamos. Entonces cuando hacemos ese cálculo de distancia-tiempo cometemos el error de tomar en consideración ese tiempo-espacio que nos contiene cuando caminamos, pero no el espacio-tiempo a que nos invita la lectura. La solución pareciera ser: introducir la variable corazonada y encomendarse al Dios de los desplazamientos a pie por las veredas y calles en días asoleados intensos mientras se lee un entretenido texto..amen ¡¡